Estrés emocional y cáncer

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El doctor Pere Gascón ha demostrado que existe una estrecha relación entre la inflamación, el sistema nervioso y el tumor maligno

Pere Gascón (Barcelona, 1949), es uno de los máximos exponentes internacionales en la investigación que vincula sistema nervioso –las neuronas, el cerebro– y cáncer. Ejerce en el servicio de Oncología del Hospital Clínic. Fue su responsable hasta el 2015.

Es inmunólogo tumoral  investiga el microambiente que rodea al tumor: los linfocitos, los macrófagos… con el fin de atacar al cáncer. Por desgracia, él y su equipo descubrieron que cuando un tumor se ha aposentado bien, las células de su microambiente, que son parte del sistema inmunológico, cambian de chaqueta y se ponen de parte del tumor. Los macrófagos, que estaban para defendernos, se pasan al bando del cáncer. Los fibroblastos, que daban consistencia al tejido conectivo, apoyan al tumor y lo favorecen. Así sucede en todos los cánceres.

En la metástasis (diseminación de un cáncer a varios órganos) sabemos que cuando se produce, existe un nido celular previo que se aprovecha de procesos inflamatorios crónicos asintomáticos, que tenemos en diferentes partes del cuerpo sin saberlo. El cáncer siempre surge de un proceso inflamatorio, y crece más en ese ambiente. Es su microambiente.

Por ejemplo, el tabaco causa una inflamación crónica en los pulmones. Fumas e irritas constantemente los bronquios. Eso es un campo abonado para que se produzca una mutación y que una célula cancerosa anide allí. Las células del propio tejido inflamado se van multiplicando, con intención de repararlo, hasta que hay un error.

La solución al cáncer se encuentra en nuestro propio sistema inmunológico pero aún queda mucha investigación en este campo. Se han identificado las células que impedían actuar al sistema inmunológico. Hay fármacos específicos para tratar metástasis por melanoma, cáncer de riñón, y otros. Esas personas, antes morían en pocas semanas y ahora están viviendo hasta cinco años. La línea inmunológica, combinada con otras, puede ser la respuesta al cáncer en la primera mitad del siglo XXI.

Hace 20 años el Dr. Pere Gascón descubría en EEUU que existía una comunicación entre sistema nervioso y cáncer. Luego, si en las células cancerosas existen receptores de neurotransmisores, eso significa que el sistema nervioso está dialogando con el cáncer. Se ha demostrado  que el sistema nervioso, en general, propicia el crecimiento del cáncer, forma parte de la formación y el crecimiento del tumor.

El cáncer es consecuencia de un proceso lento, y el organismo tiene una capacidad de regeneración brutal. Cada hay  más evidencias de que cuando una persona sufre estrés crónico –por la muerte de una persona querida o la pérdida de un hijo– esas emociones conducen a un estrés en el que se liberan citoquinas inflamatorias, sustancias que crean un ambiente proinflamatorio del que no se es consciente. Sabemos que los estados estresantes, deprimentes y crónicos, son estados proinflamatorios.

En cambio, cuando el sistema nervioso está equilibrado, las defensas están óptimas. Un buen sistema nervioso que permite dormir bien, estar equilibrado y hacer ejercicio físico potencia el sistema de defensas.

Por tanto, lo que causa el cáncer no es la emoción, sino el proceso que conduce a un ambiente celular inflamatorio, que es esa situación personal negativa. El estrés emocional crónico (el estrés continuo, el que quita el sueño, y que puede surgir en el trabajo o en una complicada vida familiar) puede poner en marcha el proceso que inicia un cáncer. La predisposición genética junto con el control mental de cada cual es determinante.

Fuente: Entrevista al Dr. Pere Gascón en diario El Periódico

 

 

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