¿Qué es el cáncer?
· Un engrosamiento o bulto en el seno o en cualquier otra parte del cuerpo
· Un lugar nuevo o un cambio en un lunar existente.
· Una llaga que no sana
· Ronquera o una tos que no se quita
· Cambios en los hábitos del intestino o de la vejiga
· Malestar después de comer
· Dificultad para tragar
· Aumento o pérdida de peso sin una razón conocida
· Sangrado o secreción inusual
· Sentirse débil o muy cansado
Generalmente la presencia de uno de estos síntomas no indica necesariamente que se haya desarrollado un cáncer. Algunas de las molestias pueden deberse a tumores benignos. Sin embargo, como en sus etapas iniciales el cáncer no causa dolor, lo mejor es ir al médico si notas cualquiera de estas señales o cualquier cambio significativo en tu salud.
· Evitando el tabaco (que es la principal causa prevenible de cáncer a nivel mundial).
· Ingiriendo alimentos sanos (disminuyendo el consumo de carnes rojas y alimentos procesados y aumentando el consumo de frutas, legumbres y vegetales, por ejemplo).
· Realizando algún tipo de actividad física.
· Moderando el consumo de alcohol y la exposición al sol.
· En los países en desarrollo, hasta un 20% de las muertes por cáncer podrían prevenirse mediante la vacunación contra el virus de la hepatitis y el virus del papiloma humano.
Proponte desde hoy mismo cambiar los hábitos que pueden aumentar tu riesgo de contraerlo y adopta los hábitos saludables que te protegen de él. Contra el cáncer la prevención será tu mejor seguro de vida.
La prevención contra el cáncer
El cáncer en etapas tempranas puede no tener ningún síntoma. En el caso de que exista cualquier anomalía, cuanto antes se detecte, mayor probabilidad de un tratamiento efectivo y de la completa recuperación de la persona.
¡¡LA PREVENCIÓN ES NUESTRA MEJOR AYUDA CONTRA EL CÁNCER!!
Pasos para dejar de Fumar
Autoexploración de Senos
Mamografías
Autoexploración de la piel
En este autoexamen debemos enfatizar en las siguientes zonas: pabellón auricular, labios, nariz, cara, cuello (región posterior), brazos, tórax anterior, piernas y pies, ya que son los sitios más frecuente de cáncer de piel.
Los signos de alerta que indican la existencia de un problema maligno o premaligno de piel son:
- Los lunares que cambian de color (dos tonalidades), aumentan de tamaño o se elevan bruscamente, deben ser signos de alarma.
- Prurito o picazón, sangrado o presencia constante de costras porque la lesión no cicatriza, bien son signos de que debemos acudir lo antes posible al dermatólogo.
Cómo prevenir las quemaduras del sol
Todos debemos de seguir las pautas que se recomiendan, a la hora de exponernos al sol, para evitar la penetración de los rayos ultravioleta:
- Se puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar melanomas y otras formas de cáncer de la piel, evitando la expsocición excesiva al sol y usando ropa que proteja su piel contra la radiación ultravioleta.
- La ropa debe ser de colore oscuros preferentemente.
- Usar sombreros anchos, para tener una mayor protección.
- Los protectores solares deben tener dos factores de protección, ante la UV-A y UV-B, ya que como hemos dicho anteriormente, los dos tipos de Luz Ultravioleta tienen efecto en nuestra piel. El factor de protección UV-A y UV-B debe ser suficientemente alto para proteger nuestro tipo de piel y colocarse 20 minutos antes de la exposición solar o el baño y reaplicarse cada 4 ó 6 horas (si dice que es resistente al agua) y cada 2 horas si no lo es.
- Usar lentes oscuras para proteger nuestros ojos y evitar posibles daños oculares.
- Evite el sol entre las 12 h. y las 16h. ya que en esta franja horaria, es más fuerte y puede causarnos un mayor daño.
- Los niños son especialmente sensibles a los daños que puede causarles el sol y debemos tener un cuidado especial con ellos. Deben jugar siempre en la sombra y protegerlos tanto con gorras, camisetas y demás barreras físicas, como con cremas protectoras adecuadas a su piel.
Autoexámenes Periódicos
- Examine su cuerpo al frente y atrás con un espejo, y luego al lado derecho e izquierdo con los brazos levantados.
- Doble sus codos, mire cuidadosamente sus antebrazos, detrás de los brazos y las palmas de las manos.
- Mire atrás de las piernas y los pies, incluyendo las plantas de los pies y los espacios entre los dedos.
- Examine la parte de atrás del cuello y el cuero cabelludo con un espejo de mano. Separe el cabello y levántelo para examinar bien.
- Por último, examine la espalda y las nalgas con un espejo de mano.
Detección Temprana
Con la detección temprana y el tratamiento adecuado, el porcentaje de curación del carcinoma basocelular y del carcinoma de células escamosas es de alrededor del 95%. Cuando el melanoma se detecta antes que se extienda, también tiene un alto porcentaje de curación. Los exámenes regulares de piel ayudan a diagnosticar el cáncer de la piel en forma temprana, cuando es más tratable.Si durante el examen de la piel, el dermatólogo ve una lesión que podría ser cáncer de la piel, el dermatólogo removerá esta lesión (o una parte de ella) para que pueda examinarla con un microscopio. Este procedimiento se llama biopsia. Un dermatólogo puede realizar este procedimiento en forma segura y rápida durante una visita al consultorio.Si la biopsia confirma que la lesión sospechosa es cáncer de la piel, más tratamiento puede ser necesario. Cuando se detecta en forma temprana y se remueve el crecimiento completamente, a veces no se necesita otro tratamiento. Si es necesario realizar otros tratamientos, el dermatólogo podrá elegir entre una variedad de tratamientos médicos y quirúrgicos para el cáncer de piel. El tratamiento varía dependiendo del tipo de cáncer de piel, el tamaño, dónde se encuentra el cáncer de la piel y las necesidades del paciente.
10 Alimentos Prohibidos
Los productos cárnicos procesados, como carnes frías, mortadelas, tocino, salchichas etc., contienen conservantes químicos que los hacen parecer frescos y atractivos, pero también pueden causar cáncer. Tanto el nitrito como el nitrato de sodio se han relacionado con un aumento significativo del riesgo de cáncer de colon y otros tipos de cáncer, así que asegúrese de elegir productos de carne curada sin nitratos, y preferiblemente de fuentes alimentadas con pasto.
Puede que sean llamativos por su fácil preparación, pero las bolsas de palomitas para microondas contienen productos químicos que están vinculados con diversos tipos de cáncer e infertilidad. Del mismo modo existe un compuesto llamado 'diacetilo', que se utiliza en las mismas palomitas para darle sabor artificial a mantequilla y que está vinculada con graves enfermedades pulmonares. Además, alguno de los ingredientes utilizados posiblemente contenga material modificado genéticamente.
Al igual que las carnes procesadas, se ha demostrado que los refrescos provocan cáncer. Aderezados con azúcar, productos químicos y colorantes, las sodas y refrescos acidifican nuestro organismo y literalmente alimentan las células cancerígenas.
Son incluso más dañinos que las gaseosas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria encontró que el aspartamo, uno de los edulcorantes artificiales más comunes, causa una serie de enfermedades, incluyendo defectos congénitos y cáncer. La sucralosa, sacarina y otros edulcorantes artificiales también se han vinculado con el cáncer.
Hombres y Cáncer
Los cánceres más comunes
Los cánceres más comunes
Los cánceres que más a menudo afectan a los hombres incluyen, próstata, colorrectal, pulmón e hígado:
· Cáncer de próstata
La edad es el principal factor de riesgo para el cáncer de próstata. Casi todos los casos se dan entre los hombres mayores de 50 años. Sin embargo, hay evidencia fuerte y consistente de que la dieta es una manera efectiva para prevenir este tipo de cáncer.
1. Comer grandes cantidades de setas, nueces de Brasil y otros alimentos ricos en selenio reducen del riesgo.
2. Comer grandes cantidades de tomates, sandías y otros alimentos ricos en licopeno reducen el riesgo.
· Cáncer Colorrectal
Las tasas de cáncer colorrectal han disminuido en la última década, gracias a la realización de colonoscopias como screening. Es el tercer cáncer más importante diagnosticado.
1. El exceso de grasa corporal es uno de los factores más importantes que aumentan el riesgo; la grasa abdominal es también una causa. Es decir aumenta más el riesgo de cáncer de colon tener michelines, que cartucheras.
2. Otros factores que aumentan el riesgo es alto consumo de carnes, sobre todo de carne roja y embutidos, y las bebidas alcohólicas;
3. Los factores que reducen el riesgo es incluir alimentos con fibra, ajo y yogur, junto con la actividad física moderada a diario.
La mitad de los cánceres colorrectales estadounidenses se puede prevenir a través de la dieta, la actividad, y de ser un peso saludable.
· Cáncer de pulmón
Este tipo de cáncer es la principal causa de muerte por cáncer entre los hombres y mujeres.
La acción más importante que se puede tomar para prevenir el cáncer de pulmón es evitar el tabaco. El fumar y otros usos del tabaco causa aproximadamente 90 a 95 por ciento de los casos de cáncer de pulmón cada año.
1. De los cánceres no son causadas por el tabaco, las dietas ricas en frutas podrían desempeñar un papel en la reducción del riesgo
· Cáncer de hígado
Este tipo de cáncer es la segunda causa principal de muerte entre los hombres de Asia / Islas del Pacífico.
1. El consumo de Bebidas alcohólicas se vincula a un mayor riesgo de este cáncer.
Limitar las bebidas alcohólicas podría prevenir el 15 por ciento de los cánceres de hígado en Estados Unidos.
La obesidad y la salud en general
En general - aparte de no fumar - mantener un peso saludable es el factor más importante que puede ayudar a prevenir el cáncer. Si todos los hombres americanos mantuvieran un peso saludable, se estima que se evitarían casi 30.000 casos de cáncer. (Si todas las mujeres estadounidenses llegaran a ese peso saludable, se evitarían otros 91.000 casos por año.)
Hoy en día, aproximadamente un tercio de los hombres estadounidenses son obesos; y casi tres cuartas partes tienen sobrepeso y obesidad. Mantener un peso saludable es una de las cosas más importante que los hombres pueden hacer para la salud general. El estar delgado reduce el riesgo de enfermedades del corazón, la principal causa de muerte entre los hombres.
También se reduce el riesgo de diabetes 2 al estar delgados, que a su vez, puede reducir el riesgo de varios tipos de cánceres. Los hombres con diabetes tienen aproximadamente el doble de probabilidades de contraer cáncer de hígado y páncreas, según un informe de consenso publicado en 2010. Ese vínculo fue más débil pero también claro para el cáncer de colon / recto y la vejiga.
Cuida tu Colon y Evita la Muerte
Sus padres le han eliminado de la dieta la leche, el gluten, los embutidos, los huevos… pero no le ha servido de nada. Resulta que el niño nació por cesárea. Cuando me lo dijo, no lo dudé ni un segundo. Enseguida pensé: “Flora intestinal”.
Si tenemos un tubo digestivo mal cuidado, poblado de bacterias y hongos oportunistas y patógenos y contaminado por alimentos mal digeridos, corremos el riesgo de que se quede atascado por materia fecal tóxica. Esta situación puede provocar desequilibrios y trastornos de distinta gravedad.
En concreto, se puede sufrir estreñimiento habitual, gases, diarreas, inflamaciones de distinta índole, alteraciones en la piel, cambios de humor o enfermedades más graves, como una colopatía funcional, una diarrea sangrante e incluso cáncer de colon.
Al hacer una autopsia, es fácil comprobar si el colon de la persona fallecida se encontraba muy atascado por excrementos. Es el origen del dicho: “la muerte empieza en el colon”.
Un intestino sucio conlleva el riesgo de tener un sistema inmunitario deficiente. Se es más vulnerable ante enfermedades infecciosas e inflamatorias relacionadas con el aparato digestivo, respiratorio, urogenital, etc. Además, tener el colon “enfermo” también es un factor desencadenante de trastornos emocionales. Poca gente lo sabe, ni siquiera todos los médicos, pero las células del intestino producen el 80% de la hormona del buen humor (la serotonina) que se encuentra en el cuerpo.
De alguna manera, el intestino es nuestro “segundo cerebro”, así que tenemos que cuidarlo muy bien.
Cuidar el tubo digestivo
En internet se puede encontrar una gran oferta de productos, más o menos fiables, que sirven para limpiar el tubo digestivo. Pero el intestino no es ni una chimenea que haya que deshollinar, ni una tubería que haya que desatascar. De hecho, es más delicado, y a la vez mucho más sencillo.
Los microbios del intestino son muy numerosos; hay hasta cien veces más que células tiene el cuerpo, es decir, unos 100 millones de millones (¡14 ceros!).
Este inmenso ejército recibe el nombre de “flora intestinal” o “microbiota”.
Utilizar el término “flora” aplicado al intestino puede chocar, pero lo cierto es que hace referencia al número de especies de bacterias y levaduras (200 tipos como mínimo) que ahí cohabitan, como ocurre en los jardines botánicos. Y cada persona tiene su propia flora intestinal, tan personal como su huella dactilar.
Cuidar su propio jardín es responsabilidad de cada persona; resembrarlo con frecuencia, eliminar las malas hierbas, abonarlo… o bien abandonarlo. En este último caso, lo que era un bonito jardín inglés rápidamente se convertirá en un horrible y nauseabundo vertedero, refugio de especies nocivas que pueden provocar enfermedades.
La función principal del colon es fermentar los alimentos que no se han digerido completamente para extraer los últimos nutrientes y hacer que pasen a la sangre. Cuando el colon está sano y funciona bien, sólo quedan residuos inutilizables que se evacuan con regularidad, y que no desprenden mal olor.
La flora nociva produce también gas carbónico, metano e hidrógeno en abundancia. Y los gérmenes se extenderán hasta provocar bolsas de gas a lo largo del colon, generándonos la sensación de que vamos a estallar. Las flatulencias y gases no tienen nada de gracia. Indican una mala digestión y también que el colon necesita ayuda. Este círculo vicioso se origina por la falta de bacterias “buenas”, beneficiosas para la salud, que favorezcan la digestión.
Y llegados a este punto, retomo el caso del hijo de mi amigo que nació por cesárea.
La flora intestinal se determina en el nacimiento
La composición de la flora intestinal depende, en primer lugar, de la manera en la que nacemos.
Las bacterias y levaduras no se instalan en él hasta el momento del parto: 72 horas después de nacer, nuestro tubo digestivo contiene ya ¡millones y millones de bacterias y levaduras!
¿Pero de dónde proceden todas esas bacterias y levaduras? Aún lo desconoce mucha gente, pero para los niños que han nacido por parto natural proceden de la flora vaginal de la madre.
Ahora bien, la flora vaginal depende en gran medida de la flora intestinal, por lo que las mujeres que en las últimas semanas de embarazo tengan una adecuada flora intestinal, dejarán a sus hijos una excelente herencia de especies microbianas para que siembren su intestino. Si por el contrario el intestino de la madre está contaminado por especies oportunistas y patógenas, por desgracia el bebé también las heredará.
De esta manera queda demostrado que la predisposición a padecer ciertas enfermedades tiene relación directa con un tipo de microflora que se transmite de madres a hijos en el nacimiento. En particular ocurre con los descendientes de mujeres que sufren asma o dermatitis. Si durante los últimos meses de embarazo la madre regenera su microflora (veremos cómo), el niño no será portador de una flora que pueda provocarle eczemas y/o asma. De esta manera tan sencilla se puede evitar que el recién nacido sufra una deficiencia que puede arrastrar de por vida, y que a su vez podría derivar en una bronquitis crónica que requeriría de asistencia respiratoria, convirtiéndole en una persona dependiente.
Existe otro caso igualmente preocupante y es el de los niños que nacen por cesárea.
Si no se corrige a tiempo, la flora intestinal de origen hospitalario puede tener consecuencias dolorosas para toda la vida.
Así que es muy importante que desde el momento mismo del nacimiento, las mamás a las que por fuerza debe practicárseles una cesárea siembren el tubo digestivo de su bebé con bacterias beneficiosas para la salud. Antes de hablar de cómo hacerlo, déjeme que puntualice que incluso una flora intestinal buena en el nacimiento puede llegar a desequilibrarse.
Reducir el consumo de alimentos en estado puro
Se deben consumir con moderación alimentos en estado puro, no procesados, como la carne, el queso, las grasas y los azúcares simples (o monosacáridos), ya que pueden romper el equilibrio de la microflora.
Sirva como ejemplo el elevado consumo de azúcares simples: sacarosa, fructosa, maltosa, lactosa, glucosa...
Todos los alimentos azucarados o que se transforman rápidamente en azúcares simples, incluido el zumo de frutas, favorecen la proliferación de una flora fúngica que altera el sistema inmunitario, aumentando el riesgo de diabetes, obesidad, accidentes cardiovasculares y todo tipo de cáncer.
Puede parecer exagerado, pero hoy en día los médicos no tienen ninguna duda al respecto: un consumo elevado de azúcar produce hiperglucemia y, consiguientemente, hiperinsulinemia, que provoca la formación del tumor cancerígeno y acelera el crecimiento de células tumorales.
Así que prioricemos las frutas, legumbres y cereales integrales, bayas, frutos secos, pescados grasos ricos en nutrientes como el colágeno, minerales, vitaminas liposolubles y ácidos grasos omega-3. Podemos tomar algo de carne, lácteos (sobre todo leche de cabra y oveja) y aceites vegetales (preferiblemente aceite de oliva o nuez), algo menos de grasas saturadas y muy pocos dulces.
Comer más fibra: es “prebiótica”
La alimentación moderna es demasiado rica en alimentos en estado puro (carne, queso, grasas y azúcares) y pobre en fibra. A pesar de no ser un nutriente esencial de nuestro cuerpo, la fibra alimentaria resulta indispensable para preservar la flora intestinal, que se alimenta de ella transformándola en ácidos orgánicos que protegen y regeneran la mucosa intestinal.
Como nuestra flora intestinal se nutre de fibras, no podemos dejar que se eche a perder privándola de las fibras solubles que podemos encontrar, por ejemplo, en la fruta de temporada bien madura, en una gran variedad de legumbres (preferiblemente leguminosas y crucíferas) y en los cereales de siempre, pobres en gluten (arroz, mijo, avena, espelta…).
Comer adecuadamente
Mastique y ensalive bien los alimentos, sobre todo aquellos ricos en almidón, como los cereales, las frutas, las verduras y las legumbres. Masticar adecuadamente garantiza que la primera fase de la digestión tenga lugar en la boca bajo los efectos de la amilasa de la saliva, evitando una fermentación intestinal putrefacta que produzca toxinas.
No abuse de los alimentos que en ocasiones producen reacciones de intolerancia, como pueden ser la leche de vaca y sus derivados, los cereales modernos ricos en gluten y sus derivados.
Evitar el agua con cloro
Se añade cloro al agua del grifo antes de que ésta sea distribuida para el consumo precisamente porque acaba con los gérmenes dañinos que pueda contener.
No obstante, el cloro tiene el mismo efecto en nuestro tubo digestivo: tiende a desinfectarlo, matando indistintamente a los microorganismos buenos y a los malos. Hay que evitar el contacto innecesario con sustancias bactericidas (que matan bacterias) o fungicidas (que matan levaduras y hongos), incluidos los productos para desinfectar las manos y la piel, porque acaban con todas las cepas microbianas, sean éstas buenas o malas. Además, la piel y los órganos sexuales también están cubiertos de una microflora que hace frente a los gérmenes nocivos, así que más vale cuidarla.
Si se toman todas estas precauciones, la microflora protectora se reequilibrará ella sola, siempre y cuando nuestra alimentación y nuestra forma de vida se lo permitan, ya que son los dos medios más poderosos que tenemos para recobrar la salud.